Trabajar para vivir; no vivir para trabajar.

21 abril 2021 Azai Consultores

Trabajar para vivir; no vivir para trabajar.

Los modelos mixtos de trabajo

“La forma tradicional de trabajo no era la más productiva”, nos dice Andrés Mozo, CEO de COWO y líder del Gremio Coworkings Colombia, en una conversación acerca de la transformación del mundo laboral, las nuevas regulaciones en esta materia y las oportunidades para espacios de trabajo colaborativo. 

El trabajo remoto se posicionó como una de las medidas de contingencia para mitigar los efectos negativos de la pandemia. Un año después, tras sucesivos períodos de cuarentena, incertidumbre frente a la vacunación y una crisis económica que ha incrementado desigualdades y el desempleo, las nuevas regulaciones de los gobiernos en materia de teletrabajo evidencian que este modelo llegó para quedarse. 

Empresas, organizaciones e instituciones estatales adaptaron sus operaciones a la virtualidad bajo la premisa de adaptarnos a la nueva normalidad. Antes del Covid-19, según Andrés Mozo, la productividad en el trabajo estaba directamente relacionada con el cumplimiento del horario laboral en una oficina. 

El trabajo en casa hizo evidente que la presencialidad no es estrictamente necesaria, y se retaron las dinámicas de control y seguimiento a los trabajadores.  Los inconvenientes de un modelo de trabajo sin regulación no se hicieron esperar: jornadas interminables, recortes salariales, afectaciones a la salud mental y una sobrecarga para las mujeres, quienes combinaron las labores del cuidado en el hogar con su vida profesional.

Bajo estas circunstancias se ha venido posicionando el modelo mixto de trabajo, que combina la virtualidad con la presencialidad. Este es visto como una apuesta que mejora la calidad de vida de los trabajadores, que en todo caso debe implementarse con base en regulaciones por parte de gobiernos y administradoras de riesgos laborales.

 

Esta nueva forma de trabajar es particularmente atractiva para la promoción de espacios de trabajo colaborativo tipo coworking. Allí, la interacción, el intercambio de ideas y la transferencia de conocimientos garantizan estándares más altos en la operación y ejecución de actividades. Esto es mucho más evidente en espacios en los que confluyen empresas u organizaciones de un mismo sector productivo, pues se facilita la generación de relaciones de valor que dejan en un segundo plano la competencia en un mercado determinado y fomenta procesos de innovación. 

 

Teniendo esto en cuenta, desde Azaí empezamos a preguntarnos ¿Cómo desde nuestro proyecto de La Casa Blanca, Coworking de alto impacto social, podríamos aportar a la reactivación del sector social en Colombia? Vemos muchas oportunidades de trabajo colaborativo que desencadenarían una serie de efectos positivos en las organizaciones y personas que siguen trabajando para generar cambios positivos en la sociedad. Queremos maximizar el impacto que se necesita para resolver los retos de nuestro país con soluciones innovadoras. ¿Te gustaría unirte a este proceso? ¡Contáctanos!

 

 

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